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La displasia de cadera (HD)
Para los aficionados y criadores comprometidos de cualquier raza la Displasia de cadera, denominada también Displasia Coxofemoral (internacionalmente “HD”), es y debe ser, si se pretende mejorar la raza, una gran preocupación, y un macho o hembra con esta enfermedad debe quedar automáticamente descartado para la reproducción (y también, en algunos clubes como el REAL CEPPA, para la obtención de la calificación de Excelente en pruebas monográficas).
Sin ánimo de dogmatizar, vamos a comentar algunos aspectos leídos en publicaciones especializadas sobre este tema, aunque hemos encontrado, que investigadores de distintos países han hallado resultados diferentes de acuerdo con las experiencias llevadas a cabo en cada caso y no coincidentes con los resultados obtenidos en otros países por otros investigadores.
Sin embargo y por el momento, parece que más o menos todo el mundo está de acuerdo en que la Displasia de cadera es una enfermedad biomecánica debida a un crecimiento rápido de la estructura ósea del perro acompañado de presiones anómalas en las articulaciones.
Displasia, es un vocablo de origen griego compuesto de “dis” que significa en griego “anormal” “deficiente” y de “plasia” que significa “formación” “desarrollo”, por lo tanto “Displasia” quiere decir “desarrollo anormal ” o “formación deficiente“.
Un perro displásico en mayor o menor grado, es aquel cuya articulación de la cadera no es congruente, es decir que la cabeza del fémur no es redonda y no asienta bien en su cavidad o se encuentra fuera de ella (subluxación), con desgarros o degeneración de los tejidos blandos, cartílago, o que el cuello del fémur esta deformado.
El índice muscular pélvico (IMP)
Se puede decir que la Displasia de cadera es una malformación de la articulación que afecta a todo tipo de razas caninas, con mayor frecuencia en aquellas cuyo peso en los adultos sea superior a los 20 Kg, con algunas excepciones tales como el Greyhound, Doberman, Husky Siberiano donde la HD es relativamente rara, debido, quizás, según algunos autores a que el Índice Muscular Pélvico (IMP) (relación entre el peso de los músculos pélvicos y el peso total del perro, multiplicado por 100) es superior al de otras razas.
Los Músculos Pélvicos vienen determinados por la herencia genética, pero son susceptibles de mejora con entrenamiento y alimentación, por lo que sí conseguimos aumentar la masa especifica de los músculos pélvicos y reducimos el peso total del perro, incrementaremos el Índice Muscular Pélvico.
Herencia
La Displasia de Cadera, no es pues, una enfermedad congénita simple, sino que se presenta como un fenómeno poligenético complejo (se denomina fenómeno poligenético, cuando diferentes genes están presentes en un mismo efecto, pudiendo tener un resultado acumulativo) y polifactorial, influenciado por los diversos factores ambientales, consecuentemente y debido a estos fenómenos, la enfermedad no se transmite como tal enfermedad, sino que lo que transmiten los progenitores es la predisposición genética a manifestar dicha enfermedad.
Simplificando el problema para su mejor entendimiento, denominaremos: HERENCIA DE PREDISPOSICION, a la predisposición genética a transmitir la enfermedad y HERENCIA DE TRANSMISION, cuando la enfermedad es recibida únicamente de los progenitores.
Investigaciones realizas sobre este tema, demuestran que: TODOS LOS CACHORROS NACEN SIN DISPLASIA, confirmándose, que no se trata de una Herencia de Transmisión, sino que es, una Herencia de Predisposición, ya que la HD no aparece en el nacimiento del cachorro, sino que se desarrolla a medida que el cachorro va creciendo, por esto, no es posible eliminarla totalmente partiendo solo de programas de selección y control de los progenitores.
He aquí la gran importancia de controlar y vigilar el perfecto crecimiento de los cachorros, sobre todo en aquellas razas caninas, donde la osificación del núcleo de la cabeza del fémur es tardía. En las primeras 8/10 semanas de crecimiento de los cachorros, es el periodo más delicado debido a las diferentes fases de desarrollo de los músculos y hueso, con la dificultad de mantener la cabeza del fémur dentro de su cavidad. El desarrollo y fortalecimiento del ligamento redondo, es de gran importancia en las primeras 14/18 semanas de vida del cachorro, ya que es el encargado de mantener la cabeza del fémur dentro de su cavidad hasta que la formación ósea y muscular se va consolidando.
Bajo un punto de vista puramente teórico, la HD podría prevenirse si pudiésemos conseguir que la articulación de la cadera se mantuviese bien posicionada, hasta que la osificación del acetábulo y los tejidos del entorno estén lo suficientemente fuertes para evitar la subluxación de la cabeza del fémur.
Diagnóstico de la “HD”
El diagnóstico clínico de la “HD”, es relativamente fácil, cuando se trata de un animal que tiene una Displasia grave, por medio de palpación y observación del movimiento ya que un animal con Displasia grave o cojea o tiene el movimiento limitado o defectuoso.
El problema resulta un poco más complejo cuando de lo que se trata es de determinar o certificar el grado de Displasia oficial para la obtención del título de apto para la reproducción, en estos casos el único método fiable para detectar la enfermedad es el análisis radiológico.
Para clubes como el CEPPC, se realiza a partir de los 18 meses de edad y la radio es oficialmente reconocida siempre que esté realizada según la norma del Club y examinada por cualquiera de los tres organismos autorizados, que son quienes dictaminan el grado de “HD”.
Durante el crecimiento se puede detectar si el cachorro tiene Displasia, pero no se puede garantizar el que no la vaya a tener. Los criadores cada día más, están realizando radiografías previas de las caderas de los cachorros a partir de los seis meses de edad, con el fin de detectar posibles futuros animales displásicos.
En general la “HD” puede afectar a ambas caderas por igual, aunque normalmente en una está más acusada que en la otra y afecta tanto a machos como a hembras con cierta ligera tendencia en las hembras.
Mecanismo de la articulación de la cadera
La articulación de la cadera se puede comparar con una rótula mecánica similar a las que llevan todos los automóviles para el mando de las ruedas delanteras ya que sus funciones son muy semejantes.
En la rótula mecánica como en la articulación de la cadera, los dos conceptos fundamentales sin los cuales el mecanismo no funciona correctamente son: la redondez de la rótula y el alojamiento que cubre la rótula.
RÓTULA MECANICA
Para que este mecanismo funcione correctamente es necesario:
• Que la rótula sea esférica.
• Que el alojamiento de la rótula tenga un ángulo de recubrimiento lo suficientemente grande para que la rótula se mantenga en su interior (si este ángulo es igual o menor de 90 grados, la rótula se escapará).
• Que entre la rótula y el alojamiento exista una película de aceite que lubrique el mecanismo, ya que si no, con el movimiento las superficies se deterioran.
• Que todo el mecanismo esté ajustado para que realice su función adecuadamente. Debe de funcionar sin holguras.
ARTICULACION DE LA CADERA
La articulación de la cadera es igual que dos rótulas una a cada lado, y está compuesta de:
• Cabeza de fémur (rótula) que debe ser lo más esférica posible, puesto que si está afacetada, aplanada, ovalada etc. la articulación no funciona correctamente.
• Cavidad acetabular o Cotiloide (alojamiento) que cubre con un cierto ángulo (ángulo acetabular) la cabeza del fémur.
• Liquido sinovial (aceite lubricante) de espesor y viscosidad adecuada para un buen funcionamiento de la articulación de la cadera.
El ajuste de la cabeza del fémur a su cavidad está garantizado por los ligamentos de la cápsula articular, el ligamento redondo que se encuentra en el centro de la cabeza femoral y mantiene esta ligada a la cavidad y por los músculos pelvianos y especialmente por el músculo pectíneo, que mantiene toda la articulación ajustada y sin holguras.
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Cálculo del ángulo acetabular (ángulo de NORBERG)
Entre los principales factores que determinan la existencia de la Displasia de Cadera (Displasia coxofemoral) encontramos el valor del ángulo Acetabular, denominado también ángulo de Norberg.
Partiendo de una radiografía bien posicionada y sobre todo bien contrastada se puede calcular el ángulo Acetabular utilizando el método de Norberg-Olsson (científicos que han definida la forma de medirlo) y que en general es aceptado como un valor constante y suficientemente valido.
Para su valoración se procede de la siguiente forma:
Se determina el centro geométrico de la cabeza del fémur tanto de la derecha como de la izquierda, por cualquier procedimiento geométrico (utilización de un compás o superponiendo plantillas) (fig. 3) puntos “A” y “B”.
Una vez determinado el centro de las cabezas del fémur se unen dichos centros por medio de la línea “AB”.
Partiendo del centro de la cabeza del fémur, punto “A” se traza una línea que pase tangente por el borde craneal de la cavidad Acetabular (línea “AC” ), el ángulo que forma esta línea “AC” con la línea “AB” es el ángulo Acetabular o ángulo de Norberg (B ).
Valores inferiores a 90 grados y caderas con algunos de los defectos indicados son considerados ya, perros displásicos. Los defectos pueden estar más acusados en una cadera que en la otra, y de hecho así ocurre, consecuentemente, se debe de realizar el cálculo del ángulo en ambos lados. Y el análisis se realiza de acuerdo con el lado más defectuoso.
Clasificación de los grados de displasia:
IMAGEN |
Según Comité Internacional de Displasia |
Según Club alemán S.V. |
Ningún signo de displasia o libre o “A”. La cabeza femoral y el acetábulo son congruentes. El borde craneolateral aparece puntiagudo y ligeramente redondeado. El espacio articular es estrecho y uniforme. El ángulo acetabular según Norberg está alrededor de 105 grados (como referencia). El borde craneolateral circunda la cabeza femoral un poco más en dirección laterocaudal. |
“a” normal, igual o superior a 105 grados. Además del valor del ángulo, toda la articulación debe de estar libre de defectos tales como deformación de la cabeza de fémur, aplanamientos, incongruencia entre cavidad y cabeza, signos marcados de luxación, subluxación u osteoartrosis etc.
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Caderas casi normales, fast normal, borderline o “B”. La cabeza femoral y el acetábulo son ligeramente incongruentes y el ángulo acetabular de Norbeg está alrededor de 105 grados o el centro de la cabeza femoral está en posición interna con respecto al borde dorsal del acetábulo y éste y la cabeza son congruentes. |
“a” fast normal, de 100 a 105 grados. Además del valor del ángulo, toda la articulación debe de estar libre de defectos tales como deformación de la cabeza de fémur, aplanamientos, incongruencia entre cavidad y cabeza, signos marcados de luxación, subluxación u osteoartrosis etc. |
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Displasia leve, notch zuggelasen, ligera o “C”. La cabeza femoral y el acetábulo son incongruentes. El ángulo acetabular de Norberg es aproximadamente de 100 grados y/o hay un borde craneolateral ligeramente aplanado. Pueden presentarse irregularidades o ligeros signos de cambios osteoartrósicos del margen acetabular craneal, caudal o dorsal o sobre la cabeza o cuello femoral. |
“a” noch zugelassen, de 90 a 100 grados Además del valor del ángulo, toda la articulación debe de estar libre de defectos tales como deformación de la cabeza de fémur, aplanamientos, incongruencia entre cavidad y cabeza, signos marcados de luxación, subluxación u osteoartrosis etc.
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Displasia moderada, media o “D”. Clara incongruencia entre la cabeza femoral y el acetábulo con subluxación. El ángulo acetabular de Norberg es algo mayor de 90 grados (sólo como referencia). Aplanamiento del borde craneolateral y/o signos osteoartrósicos. |
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Displasia severa, grave o “E”. Marcados signos displásicos en las articulaciones coxofemorales como subluxación destacada. El ángulo acetabular de Norberg es menor de 90 grados. Claro aplanamiento del margen acetabular craneal. Deformación de la cabeza femoral. Otros signos de osteoartrosis. |
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Esta información es de “Copia y Pega“. La he encontrado en otra web, y me ha parecido completa e interesante.
Como es el Pastor del Cáucaso
Hasta ahora, siempre que me he referido a esta raza lo he hecho para hablar sobre su carácter y temperamento, sobre las cualidades que definen su funcionalidad. Esto es lo que en definitiva interesa a la gran mayoría de propietarios y futuros propietarios de estos perros.
No hace mucho he recibido algunos mensajes, vía web, correo y Facebook preguntándome como saber si el perro que estaba viendo era un pastor del Cáucaso o por el contrario se trataba de un cruce o incluso de otra raza. He de decir que respondí de manera muy somera a esas preguntas aconsejando que la mejor manera era informarse aprovechando las facilidades que brinda internet, visitando páginas de criadores y criaderos, viendo fotos y vídeos de exposiciones o pruebas, etc. y así poder formarse una idea de por donde van los “tiros”.
Es evidente que existe una destacada variedad morfológica, que lleva a confusión a algunas personas que empiezan a indagar sobre la raza, y aunque en una de las secciones de esta página hacía un comentario indicando que debido a la calidad y cantidad de información que circula en web’s en diferentes idiomas, no iba a repetir aspectos relacionados con el origen o la historia de la raza, pues no quiero sumarme al “copia y pega” habitual cuando se habla de estos temas, voy a tener en cuenta las consultas recibidas y tratar de aportar una “solución”, simplificando al máximo y expresándolo, como diría Sinatra en su canción, a mi manera.
Entremos directamente en el meollo de la cuestión hablando del Pastor del Cáucaso y de sus líneas. Líneas, que están basadas en dos grupos: de un lado la crianza con determinados ejemplares que se han considerado representativos para la raza y que hoy en día aparecen en la gran mayoría de los pedigrís de los perros que conocemos, y de otro y sobre todo, en su origen geográfico, sus zonas de procedencia.
En función de su origen, encontrábamos perros con más o menos estructura, con más o menos pelo y diferentes colores de capa, con diferentes formas de cabeza, más grandes, más pequeños, más o menos bastos y aunque hoy en día se ha “unificado” bastante, siguen estando presentes estas diferencia en la crianza de según que criadores, tanto en España como en el país de origen, lo cual complica la labor.
Personalmente me decanto por el tipo que denominaron Georgiano, perros de tamaño grande, compactos y fuertes, con una buena estructura, cabeza proporcionada y con capas de color uniforme y me gusta decir (teniendo como referencia este tipo de morfología) que un Pastor del Cáucaso además de serlo, debe parecerlo, algo que no siempre se ajusta a la realidad.
Evidentemente hay otros tipos y al final todo depende del gusto del criador y del futuro propietario. Es un error generalizar en conceptos como que el perro de tal tipo es mejor funcionalmente que tal otro, porque perros malos y perros buenos, hay en todas las variantes y la responsabilidad de la calidad de lo que se cría es única y exclusivamente del criador. Mi consejo, en cualquier caso, es cerciorarse de que hay una genética detrás, que existe una “familia” conocida y debidamente registrada y que se ha seguido algún criterio definido para esa crianza y que no es fruto del capricho o la moda.
Digo lo de la genética consolidada porque por desgracia existen ejemplares cuya única vinculación con la raza es un certificado de reconocimiento emitido (algunas veces) por personas que obran más con buena fe, que con buen criterio.
Pero si esto es triste, mas lo es que haya quien se dedique a criar con estos perros, usando a ambos progenitores sin ninguna referencia genealógica conocida y con algún RRC, a mi juicio discutible, como única acreditación de que se es de una determinada raza, además, se remata la faena porque no se tiene en cuenta ningún tipo de criterio de selección basado en algo solido u coherente, criando con hembras que se han preñado por “accidente” y usando la endogamia (padres con hijos) como mejor modus operandi.
Por tanto, si tiene usted intención de comprar un cachorr@, pida información, asesórese, consulte diferentes opciones y decídase teniendo en cuenta que si lo primordial en esta raza son sus cualidades como perro de guarda y protección de la familia, no debe olvidar que “un Pastor del Cáucaso además de serlo, debe parecerlo”.
La gestación en las perras. La última fase y el parto.
Para empezar habría que preguntarse ¿Cuánto dura la gestación en una perra?
Si buscas esta información en internet o le preguntas a tu veterinario probablemente te dirá que lo normal es entre 58 y 63 días, haciendo una media desde el primer hasta el último día de la monta. Pero las cosas no siempre son normales y también habrá quien te diga que hasta el día 68 hay margen, o incluso el día 70, 72 o 74 y es que, hay algunas variables en juego que inciden de manera decisiva en ese cálculo de días.
Una manera de obtener información que puede ser útil en gestaciones, sobre todo las que luego no son normales, es hacer una ecografía en la sexta semana (para comprobar que los fetos estén vivos y sin problemas aparentes) y una radiografía en la séptima (para contar el número de esqueletos y saber cuántos cachorros debemos esperar una vez empiece el parto).
Pero volviendo a las variables, la raza o tamaño de la perra, el medio en el que vive y se desarrolla la gestación, su alimentación y cuidados o el número de cachorros que ha engendrado son algunos de los aspectos influyentes.
Si la perra es de gran tamaño el tiempo normalmente se alarga y si lleva pocos cachorros, se alarga más todavía, pues no existe la “presión” que sería habitual en el cuello del útero, que incite a la hembra a iniciar las contracciones.
Llegado este caso, con más de 68 días de gestación, se empiezan a sembrar dudas y preguntas, a plantear alternativas y posibles soluciones, pero la mejor solución, es observar a la perra y en función de lo que veamos, esperar o tomar alguna acción que nos saque de dudas y sea poco agresiva, como por ejemplo, hacer una ecocardiografía para saber el estado de los fetos. Si la perra está bien, no muestra síntomas de enfermedad o debilidad y la eco confirma que los futuros cachorros están vivos, lo mejor es dar dos o tres días más de margen, siempre que no veamos un decaimiento en el estado de la hembra, en cuyo caso deberíamos actuar y plantearnos el hacer una cesárea.
Hay algunos criadores que en estas circunstancias, cuando el periodo de gestación se sale de lo considerado normal y no se ha producido el parto, se plantean el uso de la oxitocina, mediante un pinchazo intramuscular o subcutáneo. Esta opinión choca de manera frontal con el parecer de los veterinarios, que no son partidarios de suministrarla para iniciar las contracciones de una hembra que se retrasa, si no que la usan una vez el parto ha empezado y pasan varias horas sin que sigan “saliendo” cachorros. La explicación es muy fácil, si se provocan contracciones y el cuello del útero no está suficientemente dilatado, porque a pesar de las cuentas a la perra le faltan 2 o 3 días para parir, podemos provocar un grave problema en la hembra, poniendo en grave riesgo su vida y la de los fetos, de manera que, “cuidado”. Aunque se dice que la experiencia es un grado (“yo llevo 200 camadas y no he tenido problemas”), a veces debemos pararnos y replantearnos las cosas dos veces, consultando con más personas.
Otra cosa a tener en cuenta es que la administración de la oxitocina exige un protocolo de actuación meticuloso, tanto si he hace de manera intravenosa (con una sonda) o intramuscular, hay que ir midiendo y aumentando la cantidad de manera periódica durante un espacio de aproximadamente 30 horas y además hay que suministrar, entre otras cosas, dosis medidas de calcio. Es por tanto una opción que debería usarse como último recurso y con el apoyo de un veterinario.
Volvamos pues, a la observación de la perra para valorar su comportamiento y estimar de la mejor manera posible, cuando se va a producir el nacimiento.
Lo primero que se suele ver cuando la fecha se acerca, es que la perra empieza a preparar el nido, es un primer indicador, pero no es el más fiable.
Mientras la perra coma de manera normal, puedes tener la tranquilidad de que en las próximas 24 horas no hay probabilidad de parto a la vista. Si además se trata de una hembra “tragona”, que come con ganas, el indicador es más preciso, de manera que en el momento en que la perra deja de comer o no se come la dosis normal, “alerta”, el momento se acerca y puedes empezar a acotar ese tiempo de manera efectiva entre 12 y 36 horas, máximo 48.
Si además, en las horas siguientes a que disminuye el apetito observas que la perra se vuelve más activa en la preparación del nido, pasa cada vez más tiempo recostada en él, se levanta y da vueltas volviéndose a acostar y empieza a lamerse de manera pausada pero continua sus genitales, estate preparado, porque ha comenzado el proceso y es muy probable que en las próximas horas, se produzca el parto.
Llegados a ese momento y si te atreves, puedes ponerte unos guantes de latex e introducir los dedos por la vagina de la perra, de esta manera mides la dilatación del útero para calcular mejor ese tiempo de espera y en algunos casos, ese mismo hecho actúa como inductor, adelantando el proceso.
¿Y qué hacemos cuando empieza el parto?
Pues si la hembra es primeriza observarla, pero procurando no intervenir si no es necesario. Si hemos hecho una ecografía o radiografía previa, sabremos el número de cachorros que deben nacer y teniendo en cuenta que lo normal es entre 30 y 45 minutos de nacimiento a nacimiento, calcularemos para saber que todo marcha correctamente.
Un cachorro puede empezar a amamantarse desde la primera hora de vida, aunque a veces hay hembras que hasta que no terminan el parto, no se lo ponen fácil, por eso es una ayuda saber cuántos perros esperamos. Las 24 primeras horas son importantes, de manera que si una vez terminado el parto y estando los cachorros secos y calientes no empiezan a mamar, podemos inducirlos, presionando las mamas para que salga un poco de ese calostro tan importante y acercarlo al paladar de los cachorros. Tampoco viene mal, “ordeñar” un poco a la perra y verter ese calostro en una probeta o tubo para luego dárselo a probar a los cachorros (por ejemplo con una pequeña jeringuilla) hasta que ellos empiezan a mamar por su cuenta. Ese primer contacto de los cachorros con su fuente de alimentación es importante, por eso debemos asegurarnos que todos maman correctamente, sobre todo las primeras 24 horas, para que en caso necesario podamos ayudarlos, tal como he comentado.
A partir de ahí, si la perra es una buena madre, todo se desarrollará sin problemas, aunque siempre es recomendable estar atento, observar y evaluar lo que vemos, para poder actuar con celeridad y criterio, en caso necesario.
En resumen, tener paciencia, dar tiempo al tiempo y observar y analizar el comportamiento de la perra, de la que se supone, debemos conocer mejor que todas aquellas personas que con su buena fe o criterio profesional nos aconseja.
El ciclo estral en las perras
Fuente: Sinervia.com
Generalidades
Las perras se consideran monoéstricas estacionales ya que solo tienen un celo por estación reproductiva, primavera y otoño. Todavía existen confusiones en la subdivisión del ciclo estral en la perra. Inicialmente se planteó que el ciclo de la perra se puede dividir en cuatro fases según manifestaciones externas: Proestro, Estro, Metaestro y Anestro.
Existe una gran variedad individual en la duración de las diferentes etapas del ciclo estral así como en la intensidad de los signos externos de “celo”. Además, el metaestro no presenta signos externos identificables, lo que imposibilita determinar con exactitud su inicio o finalización. Todo esto determina una gran dificultad para identificar las etapas del ciclo estral. Como herramienta de gran utilidad para salvar esa dificultad tenemos el examen del frotis vaginal o la determinación hormonal (citología).
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1. Proestro: A un período de inactividad sexual (anestro) sigue el proestro, que se identifica por aumento de tamaño de la vulva y un corrimiento muco hemorrágico. Aunque la perra atrae a los machos por medio de jugueteos y escapes, tiene la vagina tapada con la cola y no acepta la monta mostrando los dientes. La duración media es de 9 días (rango de 2-27 días).
Imagen citológica de proestro. Células epiteliales parabasales e intermedias en presencia de eritrocitos y algunos neutrófilos. Las células epiteliales comienzan a formar ángulos a medida que comienza la queratinización.
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2. Estro: En el estro, es el período en el que la perra acepta la monta, la vulva está aún más aumentada de tamaño y turgente, y el corrimiento vulvar es de color pajizo. La duración media es de 9 días (rango 3-21 días). En lo que es comportamiento cambia de agresiva a totalmente pasiva. Se produce en la transición del proestro al estro, el pico de LH y la ovulación ocurre a las 24 a 48 horas del pico, también se establece en la bibliografía que es aproximadamente a los dos días de comenzado el estro.
Imagen característica de estro. Las células epiteliales superficiales no presentan núcleo, hay presencia de bacterias y algunas células con núcleo picnótico.
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3. Metaestro: Si no tiene lugar la gestación el estro es seguido del metaestro, donde la perra, ya no es atractiva para el macho por un efecto marcado de la elevada progesterona en sangre. La duración media de esta etapa metaestro es de 90 días (rango 60-110 días). Este último acaba en forma imperceptible en el anestro.
Diestro. Células epiteliales parabasales e intermedias. Las células presentan bordes más redondeados, núcleo visible, presencia de eritrocitos y células epitelilales con neutrófilos en su interior (células metestrales).
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4. Anestro: Es un período de inactividad sexual, cuya duración es variable con una media de 75 días.
En general los propietarios de perras se refieren al conjunto de proestro y estro como “celo”, no siendo una terminología específica. Se acepta que el metaestro se subdivida en dos fases: progresiva y regresiva. Inicialmente se realizaba esta división debido a características histológicas, pero se relacionan estos dos estadios con la función luteínica. La fase progresiva, hace referencia al período de desarrollo luteínico post-estral (aproximadamente 20 días), y la fase regresiva, al momento del inicio de la regresión del cuerpo lúteo hasta que el útero vuelve a su estado de anestro, 70 días más tarde. La descamación endometrial se inicia a los 90 días del inicio del ciclo y continúa por unos 21 días, siendo en parte reabsorbido y desechado por el cervix. Está completamente regenerado a los 150 días del inicio del ciclo.
El intervalo normal entre dos ciclos varía entre 5 y 10 meses, dependiendo de la duración del anestro. Existe una variabilidad racial desde 4 meses de intervalo en el Pastor Alemán hasta una vez al año en el Basenji. La duración de la gestación es de 63 días, con una variabilidad de 54 a 72 días si se considera desde el momento de la monta. La preñez aumenta el intervalo entre ciclos una media de 28 días.
Actualmente la división del ciclo se basa en las concentraciones plasmáticas de las diferentes hormonas, el proestro y el estro se mantienen, pero el metaestro se toma como diestro, momento de elevados niveles de progesterona con una duración de 2 a 3 meses y al anestro como el momento de niveles basales de la misma, con una duración de 2 a 9 meses dependiendo de sí la perra tiene 1, 2 o 3 ciclos en el año (Linde Forsberg, 1996).
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El ovocito ovulado es aún inmaduro, por lo que necesita 2-5 días para completar la maduración y ser fecundable. Los espermatozoides que son originarios del semen fresco pueden permanecer viables por 4-5 días, pero si se utiliza semen congelado la viabilidad no supera las 12-24 horas, por lo que se debe ser muy exacto en la utilización del mismo, con relación al tiempo óptimo de inseminación artificial.
La pubertad se alcanza en el entorno de los 6 a 7 meses de edad (rango 4-22 meses). Las razas pequeñas tienden a presentar el primer celo a los 6-10 meses, pero las razas grandes comienzan a ciclar a los 18-20 meses de edad. Las perras ciclan a lo largo de toda la vida desde la pubertad, pero puede disminuir la fertilidad después de los 7 años de edad.
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Control hormonal del ciclo
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La actividad cíclica innata del hipotálamo constituye la base hormonal de control, y es sensible tanto a cambios externos como internos en el animal.
Durante el anestro los niveles de estrógeno oscilan entre 5-15 pg/ml y los de progesterona 0,5-1 ng/ml. La FSH es segregada durante las 2-3 semanas previas al inicio del proestro en pulsos de frecuencia creciente. Esta controla el desarrollo de los folículos, que a su vez segregan principalmente estrógenos, pero también progesterona, a medida que alcanzan la madurez.
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Los niveles bajos de estrógenos causan un efecto rebote positivo sobre la adenohipófisis, estimulando a segregar FSH, que da lugar al crecimiento y desarrollo folicular y a su vez a niveles crecientes de estrógenos (niveles que oscilan entre 25-60 pg/ml durante el proestro). Este proceso continúa hasta la madurez de los folículos, cercano a la ovulación. Ya en esta fase, los altos niveles de estrógenos causan un efecto rebote negativo que inhibe la secreción de FSH y desencadena la liberación de LH en un gran pulso que determina la ovulación (2-4 ng/ml de progesterona). La ovulación se da entre 3-27 días pos inicio del proestro con niveles de 4-10 ng/ml de progesterona en sangre, lo que plantea una enorme variación.
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Valores de referencia de progesterona en sangre(ng/ml):
- Proestro : de 0.6 a 3.2
- Estro: de 2.8 a 18.3 (período fértil)
- Metaestro: de 15.0 a 62.0
- Anoestro : de 0.2 a 1.7
- Gestación: de 9.8 a 65.0
Boyd y col.(1977), reportó que los ovocitos son liberados por un solo ovario por vez, determinado por ecografía, y que la ovulación demora 36 horas. A diferencia de otras especies, los ovocitos ovulados son inmaduros (primarios) y necesariamente precisan tiempo para madurar, que es de 2 a 5 días (Linde Forsberg,1996).
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El folículo que ovuló, se transforma en un cuerpo lúteo, que segrega altos niveles de progesterona en sangre y a su vez ejerce un efecto rebote negativo sobre la secreción de LH, la cual mantiene al cuerpo lúteo hasta el día 35, pero los niveles decrecientes ejercen un efecto rebote positivo sobre la liberación de prolactina, que mantiene el cuerpo lúteo después del día 35. Los cambios hormonales en el ciclo de la perra pueden predisponer a dos patologías: Piómetra y Seudogestación.
Particularidades en la perra
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- Duración variable de cada etapa del ciclo estral.
- Antes de la ovulación hay bajos niveles de progesterona en aumento, producida por los folículos (luteinización preovulatoria) y niveles decrecientes de estrógeno, que determinan el inicio del estro.
- Maduración ovocitaria pos-ovulación.
- Hay un largo período de dominancia de la progesterona, ya que en el útero no se produce el factor luteolítico por lo que hay una luteólisis progresiva.
- Similitud de los ciclos en perras gestadas y no gestadas.
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Detección de las etapas del ciclo
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La citología vaginal es uno de los métodos indirectos más difundido, por ser simple y rápido. Presenta un grado relativo de exactitud debido a que el inicio del metaestro es el momento más preciso de determinar, lo que marcaría que la ovulación ocurrió aproximadamente 6 días antes. Ese momento sería demasiado tarde para la monta (Feldman, 1987). Esta técnica se basa en que las células epiteliales vaginales responden a los cambios hormonales desde un crecimiento de 2-3 capas en anestro a 20-30 capas de células en el estro.
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Por medio del vaginoscopio, se puede identificar el momento de inicio del estro. Un experto observador determinará el momento en que comienza a plegarse la mucosa, éstos se hacen fácilmente visibles unos cuatro días antes de la ovulación, que sería el momento mas crítico para la monta (Jeffcoate, 1989). Para obtener buenos resultados habría que inspeccionar la vagina cada dos días, desde el quinto día de iniciado el proestro.
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El fundamento de la utilización de la determinación hormonal se basa en los niveles de progesterona en sangre. La ovulación ocurre 48 horas (rango de 24-72 horas) después del pico de LH, la maduración ovocitaria se da 2-3 días pos ovulación, y el momento de fertilidad máxima es entre 2 y 5 días pos ovulación. Debido a esto, se necesitará determinar exactamente el momento del pico de LH, pero esto es muy difícil debido a su corta vida media en sangre (1-3 días). Por esto anterior, se definió el uso de los niveles de progesterona en sangre como método para determinar el momento óptimo, ya que presenta 0.5 ng/ml en etapas basales y a las 48 horas antes del pico de LH, esta aumenta a niveles entre 2-5 ng/ml, manteniéndose elevada durante el estro hasta alcanzar los valores máximos en los 13-28 días de finales esta etapa (Concannon, 1989). La técnica más exacta para la determinación de éstas hormonas en sangre es la dosificación mediante Radio Inmuno Análisis, pero es caro y demora de 2-3 horas.
Teniendo en cuenta los kits semicuantitativos (ELISA), se tomarían las muestras de sangre cada 2 días, a partir del día 7 del inicio del proestro, y el resultado se obtiene a los 15-30 minutos por cambios de color (LindeForsberg, 1996). Si el nivel de progesterona es alto indica que la hembra ya ovuló y esto determina que la monta deba ser inmediatamente para un resultado eficaz.
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Gestación
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La duración de la gestación es de 63 días (rango de 54-72 días) con relación a la monta, lo que es variable. Pero si relacionamos la fecha del parto con el pico de LH, es de 65 días (+/- 1 día). La progesterona se mantiene en meseta y el estrógeno aumenta en el último tercio de la gestación (Concannon, 1989). Durante la gestación se modifica el cuerpo de la perra, aumentándose de peso con una variación de un 20-55%, destacándose mas al final de la preñez, también hay desarrollo mamario y cambio en la silueta.
La Fibrilina 2 y su relación con la displasia de cadera en los perros
Hace ya tiempo que se vienen realizando estudios apoyados en las pruebas de ADN. Quizás el más conocido es el que están llevando a cabo criadores de Mastín Español.
En la actualidad se conoce un gen asociado a la displasia de cadera, el Exon 30 del gen Fibrillin 2 o Fibrilina-2, una glucoproteina relacionada con la formación de los tejidos conectivos de los vertebrados.
El gen en el que está codificada la fibrilina-2 es el FBN2, que puede sufrir una mutación que provoca una delección de parte del mismo. La delección del FBN2 está relacinada con trastornos osteoarticulares tanto en el hombre como en los animales, y se dice que una delección en este gen en homocigosis produce displasia de cadera, que es el caso que nos ocupa. No es el único gen relacionado con la displasia, pero si uno de los más importantes,
Pero, ¿en que consiste esta prueba?.
La prueba de la mutación de la fibrilina 2, en realidad te informa de una “predisposición” a sufrir displasia. Después, esta enfermedad es absolutamente multifactorial (alimentación, tamaño y peso del individuo adulto, velocidad de crecimiento, nivel de ejercicio físico, etc…).
De hecho, este test se ha realizado en muchas razas donde la prevalencia de diplasia de cadera es prácticamente inexistente y muchos animales portan la mutación, sin embargo, las pruebas realizadas en los mastines demuestran feacientemente una relación entre la presencia de la anomalía genética en homocigosis recesiva y la displasia (prevalencia y gravedad).
Según este estudio:
Grado de displasia en ejemplares libres del gen Fibrilin 2: estos ejemplares los nombraremos homocigotos AA
- El 85% son libres de displasia (Grado A o B).
- No presentan y no transmiten la deleccion del gen fibrilin2.
Grado de displasia en los ejemplares Heterocigotos: estos ejemplares los nombraremos como heterocigotos AB
- La mayoría no presenta problemas de displasia grave o media, el 75% de los ejemplares heterocigotos no tendrán problemas que afecten a su vida cotidiana, al presentar como mucho displasia ligera, el 63% serán libres de displasia (Grado A o B).
- El 25% presenta displasia Grave o Media (Grado D o E).
- Son portadores del gen fibrilin2 y lo transmiten al 50% de su progenie.
Grado de displasia en animales homocigotos en el gen fibrilin 2: estos ejemplares los nombramos homocigotos BB
- Mas del 75 % displasicos de los cuales 67% presentan displasias graves o medias (grado D o E).
- Transmiten el gen fibrilin2 a toda su progenie.
Aunque el informe aporta una información valiosa, que se irá modificando en función de la aportación de mas pruebas, no hay que olvidar que esta prueba informa de “predisposición”, pero un homocigotico recesivo puede no mostrar la enfermedad si no concurren los demás factores.
Fuentes:
.- Laboratorio de Genómica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia.
.- Estudio de D. Ignacio Doadrio, profesor de Investigación del CSIC, para el analisis de la prevalencia de la mutación del FBN2 en el Mastín Español en relación con su influencia en la displasia de cadera
Qart-Hadast, apoya la realización de estas pruebas, y basa su crianza en ejemplares libres de displasia, diagnosticada a través de radiografías, realizadas y “leidas” por veterinarios especializados.
Entrevista a Jorge Cerdán, Presidente del CEPPC
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http://es.calameo.com/read/0012977172b3e31151547
Trabajando un pastor del cáucaso
Una idea muy extendida entre aficionados y algunos propietarios de Pastor del Cáucaso, es que esta no es una raza que deba trabajarse en ninguna de las disciplinas que conocemos, tales como obediencia, guarda y defensa.
Si bien es cierto que no es una raza que destaque por la rapidez o precisión en la ejecución de ejercicios de obediencia, dotarle de ese tipo de adiestramiento no solo no es imposible, si no que, en función del ambiente en que se va a desenvolver, es necesario. Tener control sobre un ejemplar es importante, máxime si no se le ha educado previamente.
Respecto al tema de la guarda, la función más conocida de la raza y por la que la mayoría de personas la elige, es cierto que no necesita de trabajo para que vaya aflorando poco a poco y resulte convincente a la hora de disuadir a los amigos de lo ajeno detrás de una valla. En este sentido, aunque no sea estrictamente necesario, cualquier aprendizaje que le aportemos es un valor añadido al potencial propio del perro. Evidentemente, el trabajo que se haga en este sentido debe estar a la altura de la capacidad del perro, sin sobrepasar lo que por edad, está preparado para asimilar.
¿Es necesario trabajar un perro para esto?. Si queremos tener la seguridad de que nuestro perro va a enfrentarse al malhechor que no se haya dejado disuadir desde el otro lado de la valla y entre en casa, la respuesta es SI, sobre todo si cuando se ha adquirido un ejemplar de esta raza es porque ya se han sufrido problemas de ese estilo.
Otra idea que lleva a confusión es la utilización de estos ejemplares para tareas de defensa. Esta es una realidad que he constatado y comentado desde hace varios años y que hoy en día la mayoría de gente escéptica empieza a “entender”. Aunque en el estándar racial se asocie su trabajo principalmente con la guarda, un ejemplar de calidad y con la debida preparación se puede convertir en un excelente perro de defensa. Si observamos los videos que internet pone a nuestra disposición sobre test realizados a estos ejemplares en su país de origen, comprobaremos que en la inmensa mayoría de las ocasiones el perro está fuera de su territorio, son casos en los que protege a su guía o se defiende de una agresión por parte de uno o varios figurantes. Son test basados en el instinto de defensa, con ejemplares principalmente de más de 3 o 4 años. En la mayoría de estos videos las mordidas no son a boca llena (en un traje integral es más difícil embocar bien) y normalmente el figurante estira hasta que el perro suelta, bien solo o bien ayudado por su guía. Esta es su forma de trabajar, válida para lo que se pretende en esos test y que necesita, al menos, de una madurez psicológica en el perro. Realizar ese tipo de test en perros que no tengan un aprendizaje previo o que no tengan la edad suficiente es correr un riesgo importante, riesgo de desilusión o frustración por parte del guía o propietario y riesgo de no poder asimilar una mala experiencia por parte del perro.
Personalmente, por afición y convicción, creo que es importante preparar al perro para que sea capaz de superar con éxito las pruebas o situaciones que se puedan presentar en el futuro.
¿Cómo se entrena un perro?. Cada maestrillo tiene su librillo. Contaré de manera muy simplificada y escueta el sistema que aprendí y que llevamos poniendo en práctica desde entonces. Como todas las construcciones, hay que empezar por los cimientos, aprovechar el instinto de presa/juego que está presente en todos los cachorros, para que persiga y atrape el mordedor, enseñarle a luchar por él, a embocar bien y a transportarlo. Conforme vaya creciendo el perro, ayudarnos de un figurante para ir introduciendo poco a poco trabajos de defensa que canalizaremos en presa, ir cambiando de churro a manga, ir subiendo de intensidad conforme el perro avanza y madura, confirmar en presa o defensa según corresponda al trabajo realizado, ir introduciendo el traje integral, enseñarle a morder en brazos, piernas, pecho, espalda, introducir diferentes elementos para habituarlo a diferentes situaciones, etc…
En definitiva, trazarse un plan a 2 años vista, no tener prisas, buscar ayuda de alguien con los conocimientos y sensibilidad para realizar los trabajos , dejar el tiempo pasar y tener en cuenta que a veces, los paréntesis son necesarios.