El Pastor del Cáucaso

Aunque conozco esta raza desde hace poco tiempo, finales del 2006, sus cualidades me han sorprendido gratamente y he apostado firmemente por ella, para dedicarme a su crianza y con este artículo, pretendo describir mi particular visión sobre el Perro de Pastor del Cáucaso.

No voy a entrar en este espacio de la web en la historia y orígenes de la raza, ya que hay diversidad de información de este tipo en internet, bien documentada y expuesta, pero sí haré alusión al mito de perro guardián por excelencia que acompaña a su historia.

Mi intención es la de dar una visión real, basada en mi corta, pero intensa, experiencia con ejemplares de amigos, conocidos y propios para intentar relatar de manera sencilla y ajustada lo que es un pastor del cáucaso, siempre como he dicho, desde mi prisma.

Cada vez que se menciona esta raza, se hace alusión a una fiereza y desconfianza exagerada hacia los extraños. Características que si bien no son inciertas, se suelen exagerar, sobre todo por aquellos cuya idea de la selección dista mucho de lo que sería deseable.

Es cierto que estos perros son físicamente de una talla superior al resto de razas, muy fuertes, con temperamento, muy territoriales y además independientes. Todo ello les hace especialmente apropiados para la guarda, ya que no suelen admitir la presencia de desconocidos en su habitat  (la casa, finca, etc. donde viven), pero no nos engañemos, no es oro todo lo que reluce y la cría sin criterio llevada a cabo por algun@s, no contribuye a mantener y mejorar la raza.

Con respecto al comportamiento de un buen ejemplar de pastor del cáucaso, no siempre el hecho de mostrar una agresión y desconfianza que se “dispare” ante el menor indicio, es algo que indique la calidad del ejemplar, también puede indicar todo lo contrario.

Un buen pastor del cáucaso, es además de lo expuesto en párrafos anteriores (fuerte, con temperamento, territorial, etc.), un perro seguro de si mismo, con un comportamiento equilibrado que actúa en función de los estímulos que recibe. A veces, la relación entre desconfianza y seguridad es inversamente proporcional, es decir, puede ocurrir  que a mayor desconfianza, menor seguridad.

Lo normal y deseable, cuando un desconocido se acerca a su zona de influencia, es que el pastor del Cáucaso acuda a la zona para ladrar y disuadir; lo hará de una manera contundente, permaneciendo en su posición, vigilante, con gruñidos o ladridos regulares, hasta que el desconocido abandone la zona, pero con un comportamiento que demuestra seguridad, no de forma exacerbada o descontrolada. Si dicho desconocido entra en su territorio o se le acerca en tono agresor estando fuera de él, debe acometer con la fuerza propia de un ejemplar de su peso y dimensiones y detenerle (morderle).

Estos son los conceptos y comportamientos deseables en un ejemplar y es importante tenerlos en cuenta para no hacerse ideas erróneas respecto a la raza y sus cualidades para la guarda y defensa, pero tengamos claro, como decíamos antes, que no se puede generalizar y que  no es oro todo lo que reluce.

Es importante también saber que no todos los ejemplares demuestran estas cualidades a una edad determinada, cada ejemplar puede alcanzar la madurez en un momento distinto de su vida y generalmente se les ayuda a mostrarlo cuando se les empieza a trabajar. También son habituales los altibajos de su comportamiento durante la etapa de crecimiento, hasta obtener la madurez.

Si bien es cierto, que debido a las cualidades innatas de la raza no es imprescindible un adiestramiento para las funciones de guarda, es muy recomendable trabajarlos para modelar y sobre todo ordenar sus instintos. Igualmente importante, desde cachorro, es trabajar su educación primaria esto es: saber llevar una correa, sociabilización, poner límites, afirmar la llamada, etc. Todo ello para facilitar, cuando alcance su madurez, un comportamiento correcto y controlable dentro y fuera de su entorno.

Además, pienso que es imprescindible que todo ejemplar que deba ser utilizado para la cría, cumpla además de con las cualidades morfológicas del estándar con unas pruebas que garanticen y demuestren tanto la capacidad de guarda y coraje como su equilibrio psíquico. Pruebas que obviamente estén diseñadas y adaptadas a la raza y siempre dentro de la legalidad vigente.

En cuanto al aspecto morfológico, decir que no siempre más grande es sinónimo de mejor. En el caso de esta raza es indudable que un perro con una alzada de más de 80 cm. a la cruz es impactante y ejerce un claro efecto disuasorio de por sí, aunque personalmente prefiero los ejemplares no excesivamente grandes, cuya estructura sea  compacta y les dote de mayor agilidad, lo que se ha dado en llamar perros del tipo “Estrella Roja”. Otra cosa que me gusta decir, es que un Pastor del Cáucaso, además de serlo, debe parecerlo, ya que debido a la gran diversidad morfológica existente, nos encontraremos de todo.

Resumiendo, bajo mi punto de vista, un buen pastor del cáucaso, es un perro fuerte, que responderá con contundencia ante una amenaza real, esté dentro o fuera de su territorio, pero que se comportará de manera equilibrada cuando esa amenaza no exista.

Es irónico el tópico por el que algunas personas defienden la calidad de sus perros en virtud de su gran desconfianza hasta el punto de decir que no se les puede sacar de casa porque sería peligroso. Insisto en que lo peligroso son precisamente estos argumentos y por ello me reafirmo una vez más en el concepto de que: “un buen pastor del cáucaso es un perro fuerte, seguro de si mismo y territorial, que demuestra su acometividad, cuando hay un estímulo que la desata, comportándose de manera equilibrada en circunstancias normales, dentro y fuera de su territorio”.

Esta es la realidad, y los mitos y leyendas a menudo contribuyen a confundir y a camuflar defectos de comportamiento.

Para finalizar, decir que me resulta muy grato poder decir que estas palabras escritas desde hace 6 años y basadas en mi experiencia personal, se han visto ratificadas y confirmadas por una de las personas que mejor entiende, comprende y cuida esta raza y con la que he tenido la inmensa suerte de compartir excelentes momentos durante casi una semana, el Sr. Valery Vysotsky, director y fundador de la escuela ARES de Ucrania y criador de CAO y KO como el mítico Varlay.