La dominancia en el perro

DOMINANCIA

Para hablar de este tema obviaremos todos aquellos estudios que se basaban en que el patrón del comportamiento de los perros era similar al de los lobos, donde imperaba el concepto de jefe de manada o perro “alfa”.

Tal como se describe en el artículo sobre etología, que podeis ver en esta web, estos conceptos están obsoletos. Hoy en día se utiliza la psicología aplicada al perro para analizar los diferentes problemas de conducta y comportamientos, además, la dominancia es un tema muy amplio y bajo este concepto a veces se camuflan otros problemas de conducta que nada tienen que ver con ello.

Lo que si que es cierto es que las interacciones que determinan estos comportamientos empiezan ya cuando el perro es un cachorro.

Por ello, mas que entrar en deficiones y estudios complejos, os daré algunas pautas, que puedan servir para evitar o modificar determinado tipo de conductas:

1. Uso de un sistema de premios y castigos
El uso de este sistema es la manera más sencilla de educar a un perro.
Para ello evidentemente, lo importante es saber qué conductas hay que premiar y qué conductas deben ser reprimidas/corregidas, y lo que es aún más importante, este criterio debe ser siempre el mismo por parte de todos los miembros de una familia.

El premio es sencillo, puede ser algo de comida, palabras cariñosas o simplemnete caricias que deben proporcionarse al perro inmediatamente después de haber ejecutado una conducta adecuada.

El castigo o correción, también ha de ser inmediato, justo después de la mala conducta. Debe tener la intensidad suficiente para que sea considerado como tal, evitando castigos físicos dolorosos y exagerados. Sin embargo, en el caso de perros que ya presentan agresividad hacia sus dueños el castigo está desaconsejado, o al menos debería hacerse con la tutela de un educador canino, ya que expone al miembro de la familia a una respuesta más agresiva por parte del perro. Por eso, es muy importante evitar las situaciones que vayan a crear el conflicto.

2. Controlar la alimentación
La comida es un recurso muy importante que debe ser tenido en cuenta por el dueño del perro. Hay que evitar suministrar extras o golosinas cuando el perro nos los pide, dejando esto sólo para premiar conductas adecuadas, como obedecer órdenes. Tampoco es aconsejable dejar el comedero siempre lleno para que coma cuando quiera. Se le ofrecerá la comida 2-3 veces al día durante un máximo de una hora, retirándola después.

Otro factor común y que tampoco es deseable, es dar de comer al perro mientras nosotros estamos comiendo. Él tiene su sitio y su horario.

3. Jugar con él de una forma adecuada
Los cachorros pasan casi tanto tiempo jugando como durmiendo y a través del juego aprende muchas cosas. Por ejemplo, aprende a controlar la fuerza del mordisco, siempre y cuando le hayamos reñido cada vez que se haya excedido cuando nos haya “mordido” jugando. A esto se le denomina “inhibición de la mordida”.

Además, los cachorros utilizan el juego para saber qué posición ocupa en relación con cada uno de los miembros de la familia. Los juegos entre perros suelen finalizar con un individuo en posición sumisa (agachado, con la cola encogida, boca arriba…) y otro en posición dominante (encima del sumiso con las cuatro patas o con una sola, mordisqueándole el hocico y la nuca…)
Lo deseable es que ambos perros, acaben tumbados, jugueteando entre ellos.

4. Reconocer las posturas y comportamientos dominantes y sumisos

Hay que evitar:
– Que sea el perro el que elija el itinerario del paseo.
– Que sea el perro quien deci